IPCC – Evolución y Conclusiones del informe AR1 al AR6

Fecha: agosto 13, 2021

Trayectoria de los informes del IPCC y la política climática, principales conclusiones del nuevo informe y vías de las que disponen las organizaciones para contribuir a los objetivos de mitigación.


Pese a que el fenómeno del efecto invernadero había sido propuesto y observado un siglo antes, no fue hasta la década de los 70 que varios estudios científicos comenzaron a alertar de que la temperatura global estaba aumentando a causa del incremento en la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, y que el origen principal podía estar relacionado con las emisiones resultantes de la quema de combustibles fósiles.

IPCC, CMNUCC y COP ¿Qué significan estas siglas?

 

IPCC

En 1988, en respuesta al clamor de la comunidad científica, Naciones Unidas formó el IPCC, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, con el fin de revisar la información científica, técnica y socioeconómica relevante para obtener una visión objetiva sobre el sistema climático y sus posibles impactos. Dos años después, en 1990, el primer informe del Panel (AR1) confirmó los elementos que suscitaban dicha preocupació

La Tierra se está calentando debido al aumento de la concentración de gases de efecto invernadero y las emisiones de origen antropogénico son las principales responsables.

 

A raíz de esta publicación, Naciones Unidas celebró en 1992 la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, que propició la firma de la Convención Marco sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en la que los 178 países miembro se comprometieron a estabilizar la concentración de GEI en la atmósfera. Se reconoció, además, que el cambio del clima era algo ya inevitable, por lo que no sólo debían abordarse acciones preventivas para su mitigación, sino también medidas de adaptación a las nuevas condiciones climáticas. Sin embargo, no se determinaron los niveles de concentración que se consideraban problemáticos, ya que aún no existía certeza científica para realizar proyecciones a medio y largo plazo de la evolución de los sistemas climáticos, ni se logró que los compromisos tuvieran un carácter vinculante para los países firmantes.

Aun así, la Cumbre acordó la creación de la Conferencia de las Partes (COP), el órgano supremo de la CMNUCC encargado de la supervisión del cumplimiento del acuerdo, con el fin de no esperar décadas hasta la siguiente reunión climática, sino establecer reuniones anuales de control y aumento de la ambición climática.

 

Desde entonces, el IPCC publica periódicamente informes en los que evalúa la literatura científica publicada sobre el estado de diversos ecosistemas y los principales descubrimientos relacionados con el cambio climático, que sirven para proporcionar a los responsables de la COP una evaluación clara y objetiva de la situación actual y los posibles riesgos e implicaciones futuras para la toma de decisiones estratégicas. Además, elabora informes especiales sobre temáticas particulares, y una evaluación científica integral cada 5-7 años, denominada Assessment Report (AR). Pese a que esta evaluación se compone de tres volúmenes, cuando se hace referencia al informe sin especificar se suele referir al informe del Grupo de Trabajo I, que cubre los aspectos científicos básicos del cambio climático.

Segundo Informe de evaluación del IPCC y Protocolo de Kyoto

El Segundo Informe de evaluación (AR2), publicado en 1995, ejerció de catalizador para incorporar en la COP3 de Kyoto (1997) una adición al tratado de la CMNUCC (conocido como el Protocolo de Kyoto), en el que los 37 países con mayores emisiones y la UE (responsables del 55 % de las emisiones) se comprometieron de manera vinculante a una reducción del 5 % para el periodo 2008-2012, respecto a las de 1990.

 

Informe de síntesis (SYR) del Segundo Informe de Evaluación del IPCC (AR2)
Fuente: IPCC

Para ese año, los estados que habían adoptado el compromiso lograron una reducción de emisiones del 24 %, no obstante, las emisiones mundiales habían crecido un 50 %, ya que Estados Unidos no llegó a ratificar el acuerdo, Canadá se desvinculó para evitar las penalizaciones de su incumplimiento y varios países emergentes aumentaron drásticamente sus emisiones. El segundo periodo objetivo del acuerdo, establecido para 2020, pasó a agrupar tan solo el 15 % de las emisiones mundiales.

Quinto informe de evaluación del IPCC y Acuerdo de París

Tras los informes de 2001 (AR3) y 2007 (AR4), en 2014 el IPCC publicó su Quinto Informe de evaluación (AR5), en el que reforzó el grado de certidumbre del origen antropogénico del cambio climático (grado de confianza del 95 % frente a 90 % en 2007) y presentó diversos futuros climáticos, estableciendo escenarios de aumento de temperatura global en base al volumen de gases de efecto invernadero emitidos en los años siguientes.

 

 

Informe de síntesis (SYR) del Quinto Informe de Evaluación del IPCC (AR5)
Fuente: IPCC

El informe evidenció la necesidad de un tratado global y jurídicamente vinculante para frenar el cambio climático, y sus conclusiones sirvieron de base para alcanzar un nuevo pacto de reducción de emisiones en la COP21 de París de 2015.

Así, en el conocido como Acuerdo de París, los países firmantes se comprometieron a limitar la subida de la temperatura media a 2 ºC para 2100 comparando con los niveles preindustriales. Pese a que prácticamente la totalidad de los escenarios previstos asumían un aumento por encima de los 2 ºC, algunos de los países más afectados por las consecuencias del cambio climático presionaron para tratar de limitar el aumento a 1,5 ºC.

 

Las 10 claves del Acuerdo de Paris
Fuente: EFEverde

Un informe especial del IPCC en 2018 confirmó que alcanzar este límite suponía enormes diferencias respecto al de los 2 ºC, pero que para ello era necesario recortar las emisiones a la mitad para 2030 y alcanzar la neutralidad climática para 2050.

 

Aun así, no se logró que el acuerdo tuviera carácter vinculante, ni se determinaron metas concretas de reducción de emisiones para cada país. En su lugar, los firmantes se comprometieron a establecer sus propias metas, elaborar planes de reducción y reportar anualmente la información relativa a sus emisiones.

European Green Deal

Por esto, la Unión Europea adquirió en 2019 la responsabilidad de ejercer de elemento de tracción al resto de regiones, definiendo metas más ambiciosas, concretas y vinculantes.

El European Green Deal o Pacto Verde Europeo estableció así el compromiso de lograr la neutralidad climática para mediados de siglo propuesta por el IPCC, alcanzando una meta intermedia del 40 % de reducción para el año 2030 (el compromiso aumentó al 55 % en diciembre de 2020). Para cumplir con los objetivos, la Comisión Europea ha reforzado desde entonces el impulso a la transición energética y la economía circular a través de diversas estrategias (Nuevo Plan de Acción de Economía Circular y Estrategia de la UE sobre la integración del sistema energético entre otras muchas), y materializa progresivamente las propuestas en nueva normativa, entre las que destaca la futura ley europea del clima que entrará en vigor en los próximos años.

 

Elementos principales del European Green Deal
Fuente: Comisión Europea

Sexto Informe de evaluación (AR6) y COP26 de Glasgow

El informe de evaluación de 2014 dejó una mínima ventana abierta a la duda acerca de la influencia humana en el cambio climático. Sin embargo, siete años después, el Grupo de Trabajo I del IPCC ha publicado un nuevo informe, perteneciente al Sexto Informe de evaluación (que será completado en 2022), en el que concluye que:

El origen antropogénico del aumento de temperaturas es un hecho probado que no tiene incertidumbre probabilística significativa, y que la escala de los cambios recientes en el sistema climático no tiene precedentes en los últimos siglos y milenios.

 

 

Cambios en la temperatura global de la superficie en referencia a 1850-1900
Fuente: IPCC

Además, con el objetivo de poner fin al debate, el informe incide en este cambio de paradigma, avisando de que la evidencia de fenómenos extremos se ha reforzado desde la publicación del anterior informe, y que, por cada medio grado de calentamiento global, se provocan aumentos perceptibles en la intensidad y frecuencia de olas de calor (muy probable) y fuertes precipitaciones (nivel de confianza alto), así como sequías agrícolas y ecológicas en algunas regiones (nivel de confianza alto).

Respecto a los posibles futuros climáticos, el equipo formado por 234 expertos de 66 países (que han revisado más de 14.000 estudios científicos) prevé que la temperatura del planeta aumente hasta 2050 en todos los escenarios considerados, superando las barreras de 1,5 y 2 ºC de aumento durante este siglo si no se reducen drásticamente las emisiones de GEI. Asimismo, recuerda que muchos de los cambios motivados por las emisiones pasadas serán irreversibles durante milenios, especialmente los relacionados con el aumento del nivel del mar y la pérdida de masas de hielo.

 

 

Cambio de la temperatura global de la superficie con respecto a 1850-1900 y
área de hielo marino del Ártico en septiembre
Fuente: IPCC

No obstante, el texto llama a intensificar los esfuerzos de mitigación y adaptación al cambio climático, ya que considera que una reducción rápida y sostenida de las emisiones a gran escala podría aún limitar el aumento de temperaturas a 1,5 ºC, y que existen escenarios en los que la neutralidad climática conduzca a cambios de tendencias perceptibles a 20 años vista en la temperatura global.

Por esto, es previsible que este informe sea la base sobre la que se articulen las negociaciones de la COP26, que tendrá lugar en Glasgow el próximo noviembre (tras su aplazamiento en 2020 debido a la crisis sanitaria) y que podrá determinar la hoja de ruta de la lucha contra el cambio climático en la próxima década.

 

Resumen para Responsables de Políticas (SPM) de la contribución del Grupo de Trabajo I al Sexto Informe de Evaluación (AR6)
Fuente: IPCC

 

¿Qué pueden hacer las empresas para ser parte de la solución?

La COP26 de Glasgow aumentará previsiblemente la ambición de todos los países en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que afectará ineludiblemente a las empresas, tanto las incluidas en el mercado de derechos de emisión como el resto. Además, a medida que aumenta la preocupación por el medio ambiente de los consumidores, cada vez es mayor la demanda de productos y servicios más sostenibles, provenientes de empresas más transparentes en cuanto a su comportamiento ambiental.

En este sentido, la Comisión Europea lleva décadas recomendando el Análisis del Ciclo de Vida (ACV) como metodología armonizada de reporte de información ambiental de productos y servicios, así como la Huella de Carbono Corporativa (HCC) y la Huella Ambiental Corporativa (HAC) como instrumentos para la evaluación del comportamiento ambiental de las empresas.

 

Estos conceptos, de los que os hablamos en esta entrada anterior, permiten a las empresas incluir criterios de sostenibilidad en la toma de decisiones estratégicas, incrementar su eficiencia operativa y mitigar los riesgos ambientales asociados a su actividad, con la mirada puesta en la anticipación a futuros requisitos legales, acceso a nuevos mercados más concienciados y mejora de la reputación empresarial. Además, la aplicación de indicadores de economía circular o el establecimiento de Objetivos Basados en la Ciencia (SBT – Science Based Targets) permite alinear los objetivos de las organizaciones con la ambición y líneas de tiempo correspondientes a un futuro de 1.5 ºC.

En Grunver Sostenibilidad ofrecemos asesoramiento para el cálculo de Huella Ambiental de OrganizaciónHuella de Carbono de Organización e indicadores de Economía Circular, así como para la realización de Análisis de Ciclo de Vida de productos/servicios establecimiento de Objetivos Basados en la Ciencia.